Él miró a lo lejos. No era bueno demostrando emociones; nunca lo había sido, pero el que le diera las gracias aquella mujer que significaba tanto a sus ojos; que representaba la amabilidad y la generosidad y la comprensión; que representaba a un país del que él estaba tan orgulloso; que representaba a África y todo el amor que África contenía, hizo que su corazón se desbordara.
El Señor J.L.B. Matekoni -
...amigo McCall, que consigues que la emoción de la felicidad me haga un nudo en la garganta y mis ojos se humedezcan...