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Leila Seth: una pionera

  • Foto del escritor: aranhur
    aranhur
  • 20 jun
  • 5 Min. de lectura

La Jueza Leila Seth, tiene en su haber el haber sido la primera en muchos terrenos. Fue la número 1 y la primera mujer en el examen de derecho en Cambridge, la primera en el examen de Abogacía de Londres, la primera jueza en el Tribunal Supremo de Delhi, y la primera mujer en ser Presidenta del Tribunal Supremo.

2014 - 84 años -
2014 - 84 años -

Leila Seth – 20 octubre 1930 – 5 mayo 2017 - India


Mi padre trabajaba en el Ferrocarril y yo nací en el Choti Divali (segundo día del Festival de luces de Diwali)  en 1930. Mis padres se pusieron muy contentos de que fuera una niña porque ya tenían dos varones. Cuando era pequeña mi padre solía decirme que no me daría ninguna dote y que tendría que valerme por mi misma, porque quería que fuera independiente. Nunca me trataron de forma diferente, lo que supuso una gran diferencia en la manera en que me educaron. Desgraciadamente murió cuando yo tenía 11 años, pero aquellos recuerdos infantiles siguieron conmigo. Al morir mi padre, mi madre no tenía mucho dinero ya que no tenía derecho a ninguna pensión. Fueron tiempos difíciles pero hizo todo lo que pudo para que tuviéramos una buena educación. A mi me mandó a un bueno colegio, al colegio del Convento Loreto en Darjeeling.

Después del colegio, me puse a trabajar como taquígrafa en Calcuta y un amigo me presentó a Premo (Prem Seth) en Kanpur. Seguimos manteniendo correspondencia y nos conocimos un poco más cuando se mudó a Batanagar cerca de Calcuta. Nos comprometimos con un matrimonio semi-concertado.

Poco después de casarnos, a Prem que trabajaba en la empresa de calzado Bata, le destinaron a Londres. Mi  padre siempre solía decirme que si iba bien en los estudios me mandaría al extranjero. Por supuesto después de su muerte, sabía que aquello era imposible. Pero cuando nos mudamos a Londres, pensé que finalmente tenía una posibilidad de seguir mis estudios y que debería aprovecharla. Sin embargo, por aquella época yo ya tenía un bebe, así que me compré un libro llamado Enciclopedia de las Carreras y encontré que la carrera de Derecho era algo que podía hacer sin asistir a todas las clases. Así que mi razón para estudiar jurisprudencia fue algo tan casual como eso. Solía ir a clases cuando podía, como cuando mi hijo, que entonces tenía tres años, iba a la guardería. Superé el examen de abogacía y empecé a ejercer cuando volvimos a la India.


En 1958, fue la primera de su promoción, siendo la primera mujer en lograrlo, en el examen de abogacía. Al año siguiente, fue la primera de los 580, que se presentaron a los exámenes para oficial administrativo de justicia de la India.


Durante un año trabajé como ayudante. Mientras tanto a mi marido le trasladaron a Patna y ejercí en el Tribunal Superior de Patna durante 10 años. Los hombres se sorprendían bastante de que entrara y me sentara en el estrado. Al principio no tenía muchos casos, ya que la gente no creía que una abogada pudiera manejarlos.

Cómo había estudiado en el colegio de un convento, mi hindi era muy pobre. En el colegio solo las monjas nos daban clase y al joven que solía venir a darnos clases de hindi le ignorábamos por completo. Sin embargo, en el tribunal de Patna, descubrí que algunas de las pruebas solían venir escritas no en hindi sino en kaithi (un tipo de escritura usado por los Kayastha en el norte de la India para escribir documentos administrativos, etc.), así que tuve que esforzarme para comprender las pruebas que podían cambiar con una sola palabra.


En el tribunal, siempre estaba un poco sola. Los abogados principales eran muy amables y educados conmigo lo mismo que los jueces, dándome muchos ánimos. En esa época había muy pocas mujeres abogados y la actitud general era la de tratarme no como una amenaza, sino más bien como un extraño personaje flotando a su alrededor, al que no había que tener mucho en cuenta, ya que realmente no podía triunfar… Esa es la razón por la que llevé pocos casos de divorcio o “casos de mujeres” porque quería demostrar mi valía en todos los campos. No quería ser etiquetada como una abogada “de mujeres”. Así que trabajé, en derecho mercantil, impuestos, derecho constitucional, etc.

Después de Patna, volvimos a Calcuta pero pronto nos dimos cuenta que no podíamos seguir mudándonos, así que decidimos establecernos en Delhi en 1972. Empecé a practicar allí en el Tribunal Superior y en el Supremo y, por suerte, el hecho de que hubiera ejercido en Calcuta y Patna me consiguió trabajo en ambos tribunales.



Pasados siete u ocho años, en 1978, me ofrecieron la magistratura en el Tribunal de Delhi y lo acepté. Fui la primera jueza en aquel tribunal, y fue interesante como reaccionaron los hombres. Me presentaban como la dama jueza, y yo les pregunté que si cuando se trataba de un hombre le presentaban como el caballero juez. Son cosas de menor importancia pero que salen automáticamente en nuestro sistema patriarcal. Recuerdo cuando Chaudhary Charan Singh se convirtió en Primer Ministro por un breve tiempo, y como premio a sus electores les había regalado una visita a Delhi. Un día estaba sentada en el tribunal cuando de repente me encontré toda la sala llena. Le pregunté a mi secretario quien era toda aquella gente y me dijo ¡que habían venido a verme¡ Debían haber oído que había una jueza en el Tribunal de Delhi así que pensaron que igual que iban al zoo, debían venir a verme.  Fue demasiado.


Su carrera continuó ascendiendo llegando a ser Presidenta del Tribunal Supremo de Himachal Pradesh, de nuevo la primera mujer en conseguirlo. Formó parte del Comité, para redactar los derechos de las hijas en el La Ley de Sucesión Hindu, 1997-2000. También formó parte de la revisión de las leyes contra la violación en 2012, así como en distintas comisiones sobre los derechos humanos y en 2013, en contra de la reinstauración de la sección 377 que penaliza la homosexualidad.


No siempre fue fácil equilibrar la familia con mi carrera pero mi marido siempre fue un apoyo.

Es autodidacta. Y tiene la mente muy abierta. Yo soy mucho mas conservadora. Hace 63 años que nos casamos. Yo tengo 84 y él 91. No somos de la misma clase social y él fue educado en  una tradición diferente, pero tenemos muchas cosas en común y además tiene un gran sentido del humor.


Yo siempre miro hacia delante. No miro al pasado. Me siento afortunada y feliz de tener un marido maravilloso y tres hijos realmente buenos. Debería decir cuatro... también está mi nuera, que es una joven estupenda y tres nietas maravillosas. Tengo muchas cosas por delante y estoy segura de que el mundo se convertirá en un lugar mejor. Creo que es muy importante ver lo que es bueno porque eso anima a que ocurran las cosas buenas.


(Extracto de una entrevista para la revista Femina en 2014)


 
 
 

3 Comments

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ocaraf
Jun 22
Rated 5 out of 5 stars.

Magnífica tocaya de nacimiento de la Lola 😘

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aranhur
aranhur
Jun 24
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Menuda generación. Chapeau!

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aranhur
aranhur
Jun 20
Rated 5 out of 5 stars.

Felicidades Vikram.

Un buen año con 73 peldaños

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