Cap. 5.09 - El otro ministro

Mahesh Kapoor estaba de buen humor, recordando la sesión de la mañana y el mal trago que pasó su rival.

Al capítulo

Si al leer el capítulo, te sientes un poco perdido con los personajes, aquí tienes un resumen. Y si no recuerdas alguna palabra, o quieres refrescar la memoria, echa un vistazo al glosario. 

CORDÓN SAGRADO - Upavita

En el hinduismo, el upavīta o cordón sagrado es un cordón de algodón con el cual un joven hindú de las tres castas superiores y a veces algún sudra es investido en la ceremonia de iniciación (de los 7 a los 12 años) y que a partir de ese momento llevará durante toda la vida, cuelga desde el hombro izquierdo cruzando el pecho cayendo por debajo del brazo derecho.

La longitud del cordón equivale a 23 veces el ancho de los cuatro dedos del usuario. Cada uno de esos cuatro dedos representarían los 3 estados que experimenta el Jiva (alma individual): vigilia, sueño y sueño profundo (sin soñar)

Los brahmanes, katris y vaishias se hacen llamar dwiyas (‘nacidos dos veces’). Un varón de estas castas nace una vez del vientre de su madre y otra vez durante la iniciación: upanayanam, cuando el gurú le revela al oído el mantra gáiatri a partir del cual podrá leer los vedas y le entrega el upavita.

El cordón están formado por un hilo que da tres vueltas atados los tres juntos, cada hilo consiste en tres filamentos y cada filamento representa a: Gáiatri (diosa de la mente), Saraswati (diosa del conocimiento), Savitrí (diosa de los actos).

De manera que aquel que usa un cordón sagrado debe ser puro en sus pensamientos, palabras y actos. También podrían representar la deuda que el brahmachari tiene hacia su gurú, sus padres y la sociedad.

APROBACIÓN LEY DE ABOLICIÓN DEL ZAMINDARI - 14 julio 1952

“Durante 30 años, el Partido del Congreso del primer ministro Nehru clamó por la abolición del zamindari, pero la Constitución de la India delega la reforma agraria en los estados individuales. En Uttar Pradesh, el estado más poblado de los 28, los poderosos zamindaris lucharon durante cinco años contra el proyecto de ley que buscaba ilegalizarlos. El año pasado, tras aprobarse la ley, contrataron a los mejores abogados disponibles para demostrar su inconstitucionalidad. Liderado por Nehru, el parlamento de la India enmendó la constitución en su contra, que fue respaldado por el Tribunal Supremo. Y la semana pasada, la ley entró en vigor en Uttar Pradesh."

Originalmente, el zamindari  (recaudador) hindú fue creado por los turcos, que gobernaron la India en el siglo XIII. Su función era sencilla recortar una buena porción (a menudo el 50%) de las ganancias ganadas a golpe de arado de los campesinos. Bajo los mogoles, que siguieron a los turcos, los campesinos indios fueron sistemáticamente explotados pero rara vez desposeídos.

Después llegaron los británicos con su conquista mercantil. Los señores de la Compañía de las Indias Orientales expulsaron a los pequeños príncipes y caciques de los antiguos regímenes y nombraron a sus propios zamindaris, seleccionándolos de entre un revoltijo de exgobernantes, bandidos y oportunistas locales. Su única obligación era pagar un ingreso fijo cada año al nuevo gobierno. Lo que recaudaban de los campesinos, o cómo lo hacían, no era asunto de los británicos. El zamindari imponía impuestos a su antojo: por la boda de la hija, el funeral de la esposa o el nacimiento de un hijo. Si un campesino protestaba por gravámenes que llegaban al 80% o 90% de sus cosechas, el zamindari podía confiscarle la tierra (o a su hija) como pago. Gradualmente los zamindaris se convirtieron en terratenientes, y los campesinos, en simples aparceros.

Los 12 millones de campesinos de Uttar Pradesh pagarán a partir de ahora los impuestos directamente al gobierno. Ya no podrán ser desalojados de las tierras que cultivan, incluso si un zamindari reclama su propiedad. Aquellos dispuestos a pagar diez años de impuestos por adelantado recibirán la propiedad plena de sus parcelas, incluyendo el derecho a venderlas. Mientras tanto, los aproximadamente 2 millones de zamindaris desposeídos de Uttar Pradesh, muchos de ellos pequeños propietarios, serán indemnizados por las tierras perdidas a razón de ocho veces el valor anual del impuesto sobre ellas.